miércoles, 20 de mayo de 2009

One nation under a groove

Anoche se presentó por primera vez en Buenos Aires el sr. que aparece en la foto. Para los que no lo conocen, su nombre es George Clinton, creador de Funkadelic, Parliament, los P-Funk All Stars y otros proyectos paralelos.

El show fue en La Trastienda, y hacia allí nos encaminamos con Bracco. Decir que vimos al padrino del funk, al inspirador de los Red Hot Chili Peppers, Prince y el g-funk (entre otras cosas) es anecdótico, eso mejor dejémoslo para la gente de Clarín. Mejor hablemos del show. Qué show. Tres horas de música, baile, demencia, histrionismo y mucho, pero mucho groove.

No se puede hablar de una formación, porque a lo largo de la noche desfilaron una cantidad innumerable de músicos y cantantes, constantemente entrando y saliendo del escenario, a veces esto hasta dentro de un mismo tema. Tampoco se puede hablar de un recital al estilo normal con la listita de temas, porque no es esa la estructura(?). Mas bien es todo como una gran zapada funk, donde se van encadenando las canciones, y los músicos hacen sus entradas y salidas de manera constante. Por momentos suenan 3 y hasta 4 guitarras a la vez, sumado a 2 tecladistas, saxo ocasional y una base potente y ajustada. En el medio hay lugar para varias cantantes muy buenas, un humorista-bailarín, un MC y otro par de personajes que muy bien no se sabía que hacían ahí arriba.

En el centro de todo eso, administrando y dirigiendo ese caos, la figura de don Jorgito, con sus ya clasicos pelos de colores y sonrisa constante. Canta en algunos temas, en otros hace coros, y en casi todos va manejando los tempos de la banda a manera de un director de orquesta.

Altísimo nivel de adrenalina musical. A la salida escuchamos a alguien del público decir que le parecía como si hubiese asistido a cuatro shows distintos dentro de uno, y algo de eso hay. En ese plano, quizá lo único reprochable para nuestro gusto fue el excesivamente largo tramo de solos de guitarra a lo banda rocker. El resto, pura sonrisa y baile :)))

Un parráfo para la organización del evento: las entradas decían claramente "Abajo, de pie", y al momento de comprarlas no existía ninguna opción que indicase mesa. Pues bien, al entrar se podía ver que se hallaban dispuestas unas cuantas mesas ya ocupadas, y el personal de producción corriendo a la otra gente (como nosotros) que no tenía mesa, de muy mala manera y con total falta de educación, para "permitir el paso de los que se dirigían a su mesa". Esto motivó una discusión de algunos miembros del público con gente de la producción, la cual se manejaba de manera arrogante e insolente. No sabemos bien de quien fue la idea de las mesas, si de la producción o de La Trastienda, pero afortunadamente ni bien empezó el show quedó demostrado que era una total desubicación, todo el mundo se paró y el que quería se acercaba hasta el borde del escenario.

Bueno, eso ha sido un somero resumen. Hay que verlo (y oirlo) para palpar exactamente la experiencia Clinton, a nosotros nos dejó tarareando eso de "... one nation under a groove..." toda la noche y hoy también

3 comentarios:

  1. que groso el negro! que ganas de escaparme hoy o el jueves para alla... muy buena reviu! gracias brothers!

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  2. Lo que cuentan es lo que me imaginé, una mezcla de paganismo clásico con ritual africano. La negritud al palo!

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  3. que buena sintesis del recital!! excelente!!!
    vamos!!!

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